Si algún «rebelde digital» (que, como las meigas, haberlos haylos) albergaba alguna duda de si la formación e-learning había llegado para quedarse, la realidad ha venido a demostrar que no solo ha llegado para quedarse, sino que ha venido para consolidarse como una de las modalidades de prestación de servicios formativos.
La situación actual de pandemia global y los cambios en los comportamientos sociales que esta ha acarreado consigo —distancia social, aforo en espacios cerrados, etc.— parecen haber hecho retroceder la demanda de servicios formativos presenciales en distintos segmentos.
Algunos de los segmentos que se han visto más afectados son los de estudios terciarios (restricciones de la movilidad personal que afectarían a los programas de movilidad educativa como Erasmus y otros); centros de formación de idiomas; formación continua en la empresa (fomento del teletrabajo cuando ha sido posible) o formación para el empleo (aunque en este servicio formativo el grado de integración de la modalidad e-learning ya era elevado en la situación ‘prepandemia’).
Sin embargo, la contracción de la demanda de servicios formativos presenciales ha sido inversamente proporcional al auge que ha experimentado la demanda de servicios formativos en la modalidad e-learning.
Aproximación al mercado global el e-learning
A nivel mundial el volumen de los servicios formativos de e-learning no ha parado de crecer en los últimos años. Veamos algunos datos que así lo corroboran:
El mercado del e-learning superó los 200 000 millones de USD a nivel global en 2019 y en el próximo sexenio (2020-2026) para este mercado se prevé un crecimiento anual acumulado del 8 %, según los datos extraídos de Global Market Insights.
En América Latina, por ejemplo, el crecimiento anual del mercado del e-learning se estimaba en un 14 % (2016-2020) —con una cuota de mercado estimada de 2100 millones de USD en 2016— y en un 10 % para el siguiente periodo analizado (2020-2026). Otro ejemplo puede ser el de EE. UU., un país con un mercado de e-learning corporativo cuyo tamaño se estimaba que alcanzaría los 31 000 millones de dólares estadounidenses para finales de 2020. Por último, Asia y Europa, esta última con una cuota de mercado del 35 % del e-learning mundial, son también regiones que van a presentar un cierto dinamismo en estos próximos años.
Además, habría que señalar que todas estas son previsiones de datos realizadas antes de la pandemia, lo que hace pensar que puedan ser mucho menos optimistas que los datos que se registrarán finalmente cuando se pueda analizar la situación a posteriori.
Así pues, todo apuntaría a que soplan vientos de cola para el sector a partir en el contexto actual y durante los próximos años y los profesionales (docentes, centros de formación, pero, sobre todo, editoriales y generadores de contenido) deberían tomar buena cuenta de ello, aprovechar este florecimiento y sacar el máximo partido de las oportunidades que seguramente se van a generar con la formación e-learning.
Oportunidades de crecimiento en el sector de la formación e-learning
Los expertos señalan que entre los factores de crecimiento de la formación e-learning en los próximos años se pueden encontrar los siguientes:
- Una mayor demanda de servicios educativos.
- Una mejora progresiva de los programas de formación corporativa (no solo en contenidos específicos del puesto, sino también transversales como podrían ser inglés y francés empresarial, sostenibilidad, salud y medio ambiente, etc.). Como el libro formativo UF0331 Interacciones orales en el entorno empresarial en lengua inglesa, perfecto para aprender a dominar el inglés en un entorno laboral. Además, si eres un centro de formación no puedes dejar de incorporar en tu catálogo el curso ADGD162PO Inglés empresarial.
- Una mayor demanda del sector sanitario (algo que resultaba perceptible antes y obvio después de la pandemia). Ideaspropias ofrece a centros de formación el curso SANT0208 Transporte sanitario, entre otros de igual importancia en la familia profesional de Sanidad.
- Un aumento de la digitalización de contenidos. Posible gracias a plataformas de formación e-learning, donde Ideaspropias tiene una amplia experiencia.
Por otra parte, es evidente que esta creciente demanda de servicios educativos de e-learning deberá estar acompañada de una profusión de la oferta formativa para poder dar respuesta a todo tipo de necesidades: enseñanzas universitarias, idiomas, formación corporativa o para el empleo, etc.
Es en esta cuestión de aumentar la oferta formativa en la que habría que realizar un esfuerzo para aprovechar esta oportunidad de crecimiento, no solo mediante la elaboración de nuevos contenidos de formación e-learning, sino también y, sobre todo, mediante la adaptación de contenidos ya existentes, que puede contribuir a aumentar la oferta y satisfacer un mayor número de necesidades y, por ende, aumentar la cuota de mercado.
Adaptación de contenidos formativos: «tecnológica» y lingüística y cultural
Los efectos de la pandemia han sido de tal magnitud que se observa una tendencia para la adaptación de contenidos formativos desarrollados inicialmente para la formación presencial a contenidos aptos para entornos de formación e-learning (adaptación «tecnológica»), sobre todo, en los sectores que estaban más orientados a la formación presencial como pueden ser los estudios terciarios o los centros de idiomas.
Esta adaptación «tecnológica» o en muchas ocasiones resultante del proceso de digitalización consistiría en hacer «encajar» el formato presencial, puede que más laxo en lo que se refiere a la estructuración (al estar presente el factor de improvisación), a un entorno más rígido y bien definido que viene determinado por las restricciones y condicionantes de las distintas plataformas web o aulas virtuales. Este proceso de adaptación de formato presencial a e-learning incluiría actividades como la edición de vídeos, audios, actividades autoevaluables, entre otras.
Por otro lado, también habría que resaltar el proceso de adaptación del contenido en sí: la adaptación lingüística y cultural mediante la actividad traductora (que implica el uso de técnicas de adaptación cultural). Esta adaptación se puede realizar con contenidos de la formación presencial (adaptación lingüística + «tecnológica»), pero especialmente con contenidos ya disponibles en formato e-learning.
Esta adaptación lingüística y cultural es crucial para el proveedor de servicios formativos que ante un aumento sostenido de la demanda tendrá que estar preparado para acortar los plazos de puesta a disposición de nuevos contenidos para satisfacer distintos tipos de necesidades. A todas luces el proceso de traducción y adaptación cultural del contenido ya disponible es un proceso que conlleva plazos mucho menores a los de la elaboración de contenidos partiendo desde cero.
Por este motivo, el proceso de traducción y adaptación de contenidos desarrollado por profesionales de la traducción —no por Google ni por «el primo que sabe idiomas»— va a resultar una inversión rentable para la comercialización de contenidos formativos en mercados internacionales con una importante cuota de mercado y un gran potencial de crecimiento.
David Villanueva González es licenciado en Traducción e Interpretación con máster en Gestión y Elaboración de Proyectos Europeos. Además, ha realizado los cursos de posgrado Especialista en Cooperación Internacional de la Unión Europea en la UNED y Programa Consolidación de Pymes en Gestión Internacional en la Escuela de Organización Industrial. Asimismo, posee formación complementaria en el ámbito del comercio internacional y marketing, y también en idiomas, especialmente inglés y francés. ¡Muchas gracias por este magnífico post, David!