La interactividad es una propiedad clave en cualquier modalidad educativa mediada por TIC. Este concepto está unido al de implicación del alumnado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, es relevante para la motivación de las personas y, por lo tanto, para la consecución de los objetivos de la formación.
Pero ¿sabemos realmente qué es la interactividad en la formación e-learning? ¿Existen diferentes niveles? ¡Vamos a descubrirlo a continuación!
Definición de interactividad en e-learning
Este concepto está ligado a la motivación y compromiso del alumnado por el aprendizaje y, por consiguiente, a su implicación en el proceso formativo.
Sin duda, la inclusión de este concepto en el diseño instruccional de los recursos educativos e-learning aumenta el grado de efectividad de la formación, la motivación, el compromiso y la atención de los agentes implicados en el proceso a la vez que facilita el aprendizaje significativo.
La interactividad no solo hace referencia a las diversas formas de navegación y acceso por los contenidos de un curso e-learning, sino que también incluye la interacción entre el alumno y el tutor, y la interacción social entre el alumno y el resto de los compañeros del curso. Pero aquí vamos a centrarnos en la interactividad de contenidos-alumno.
Interactividad con los contenidos de un curso e-learning
Un alumno de un curso online puede desde ver los contenidos y objetos de aprendizaje del curso de una manera simple en la que el contenido “controla” al usuario, hasta un nivel más alto, que implica una construcción por parte del estudiante y que provoca que este controle al contenido y se convierta en el centro del proceso formativo.
¿Te suena gamificación, aprendizaje basado en la experiencia, storytelling y feedback continuo? Todas estas técnicas, además de recursos multimedia “básicos” (vídeo, audio, imágenes, etc.) despiertan la curiosidad del estudiante y hacen que la interacción con los contenidos sea exageradamente positiva, siempre y cuando esté apoyada en estrategias de aprendizaje y cuente con un diseño instruccional claro y pensado.
Si tenemos en cuenta todo esto, se pueden establecer tres niveles de interactividad: simple, intermedio y alto.
Nivel de interactividad simple
Es el nivel mínimo de interactividad de un curso e-learning. En él, la navegación es básica y entran en juego diapositivas estáticas o con muy poca interactivdad: recursos multimedia “básicos” (vídeo, audio, podcast, etc.), enlaces y otros elementos gráficos (ilustraciones, fotografías, etc.).
En este tipo de nivel, el estudiante tiene un rol pasivo, en la que el contenido lo “controla”, las pantallas avanzan de forma secuencial y no hay interacción directa alumno-contenido más allá que pulsar un botón, ver un gráfico o responder preguntas sencillas (verdadero/falso, selecciona la opción correcta, etc.).
Así, su función básica del alumnado es digerir la información lineal de las diapositivas (textual, gráfica y multimedia) y avanzar en el contenido.
Nivel de interactividad intermedio
En este nivel, la participación del alumnado sigue siendo limitada. Sin embargo, su nivel de interactividad es mayor con el entorno virtual de aprendizaje en puntos concretos, por ejemplo, hacer clic en pestañas o botones interactivos, hacer clic en determinado punto del contenido y completar actividades más complejas (arrastrar y soltar, unir dos puntos, completar huecos, respuesta múltiple, etc.).
La parte gráfica se puede ver enriquecida con la inclusión de personajes guía (avatares) y se enriquece más el texto con recursos multimedia.
Nivel de interactividad alto
En el nivel de interactividad alto, es el de mayor interactividad y complejidad. El usuario domina al contenido. Es el protagonista y centro del proceso formativo, además de tener un control total de su aprendizaje.
El contenido se enriquece con actividades de aprendizaje que requieren de la intervención del usuario y de la activación de procesos cerebrales: gamificación, storytelling, vídeos interactivos, realidad virtual, desafíos, estudios de caso, escenarios complejos con personajes dinámicos, alta personalización, etc.
Ventajas de la interactividad en e-learning
Antes de adentrarnos en las ventajas, debes saber que no todos los cursos deben tener un nivel alto de interactividad. Todo depende del programa del curso, los objetivos, los destinatarios, la duración, los plazos y el presupuesto asignado al proyecto.
Además, no olvides que todo contenido interactivo requiere de un buen diseño instruccional.
¡Ahora sí! Las ventajas de la interactividad en los cursos e-learning son:
- El alumno pasa de tener un rol pasivo a tener un rol activo. Con un nivel de interactividad alto, el alumno se sitúa en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje.
- Facilita el aprendizaje significativo
- Mejora la autonomía del estudiante.
- Mayor flexibilidad en el ritmo de aprendizaje.
- Aumento del grado de efectividad de la formación, la concentración, la motivación, el compromiso y la atención del alumnado.