La situación derivada de la crisis del COVID-19 ha cogido a todo el mundo (literalmente) por sorpresa.

Una de las primeras consecuencias ha sido el cierre de todos los centros formativos, desde la enseñanza infantil hasta la universitaria, pasando por cualquier tipo de formación que se impartiese de manera presencial.

Nuestra capacidad de adaptación y nuestra resiliencia nos permitirán ir cambiando nuestro modo de vivir, trabajar y formarnos, pero está claro que las personas y las empresas con experiencia previa en teletrabajo y teleformación tendrán ahora un gran camino recorrido y, en este sentido, pasarán una cuarentena menos traumática.

Nuestra experiencia en el teletrabajo

Días antes de que el Gobierno decretase el estado de alarma y se aconsejase a las empresas optar por el teletrabajo, en IPE ya estábamos aplicando esta medida, que no era nueva para el equipo. Hace ya mucho tiempo que las personas que trabajamos en esta editorial tenemos la opción de hacerlo desde casa para facilitar la conciliación familiar y también porque veíamos arriesgado dar la espalda a esta realidad. Gran parte de los empleos del futuro serán tecnológicos y sus trabajadores, ya nativos digitales, tendrán más que normalizado el poder desempeñar sus tareas desde cualquier lugar. Si la tecnología y los medios ya nos lo permiten, ¿por qué no hacerlo?

Somos conscientes de que estamos viviendo una situación sin precedentes y muy complicada, pero también debemos hacer una lectura positiva de todo esto.

Teleformación y teletrabajo

Teletrabajo
El teletrabajo es posible!

Desde el punto de vista laboral está suponiendo que muchas empresas se den cuenta, aunque sea por obligación, de que trabajar en remoto es posible y de que quizás estábamos viviendo en una cultura demasiado presencialista.

Desde el punto de vista de la educación nos encontramos en una situación en la que la gente se está dando cuenta realmente de lo importante que es la formación e-learning de verdad. Y decimos de verdad, por que es ahora cuando diferenciamos un curso online de una simple adaptación de lo presencial a lo virtual.

Ahora que la enseñanza online es la única alternativa, las universidades, escuelas o empresas demandan un aprendizaje virtual lleno de recursos pedagógicos y que fomente la interacción entre tutor y alumnado, así como con el resto de compañeros. Se trata de aprovechar las posibilidades reales del e-learning y para ello se necesita un e-learning real, así como profesionales con experiencia en realizar estos cursos y también personas que sepan tutorizar y motivar al alumnado.

En resumen, intentemos sacar nuestro lado más positivo y resiliente y centrémonos en las oportunidades que se nos presentan.